En el Perú profundo, donde las viejas casonas murmuran secretos y las calles aún recuerdan los pasos de González Prada, ha comenzado a sonar un clarín. No es metálico ni militar: es un eco de dignidad. En la sexta edición de NAPOTV, Napoleón Becerra García no habla: conjura. Su voz no se transmite: se filtra por las grietas de la historia, como el agua que busca su cauce.
Dicen que apareció abrazando un tren fantasma, una chatarra que pretendía ser modernidad. Pero él no se dejó engañar. En su mirada, el metal oxidado se convirtió en símbolo de lo que no debe volver: el saqueo, la corrupción, el engaño. Y mientras los falsos profetas prometen progreso con vagones vacíos, Napoleón convoca a los verdaderos pasajeros: los jóvenes sin universidad, los trabajadores sin empleo, los emprendedores sin crédito.
Desde el canal NAPOTV, su palabra se vuelve ritual. Invoca a los amautas, a los líderes gremiales, a los sabios de las rondas campesinas. No promete milagros: propone refundación. En cada provincia, una universidad. En cada joven, un líder. En cada voto, un acto de justicia poética.
El Partido de los Trabajadores y Emprendedores no es partido: es pacto. Su símbolo no es un logo: es un abrazo. Un abrazo que une al ama de casa con el intelectual, al emprendedor con el campesino, al niño mendigo con el anciano olvidado. Porque en este país donde “pones el dedo y sale pus”, como dijo González Prada, Napoleón propone poner el alma y que brote luz.
El 12 de abril, el Perú no irá a votar: irá a sanar. Y el 4 de octubre, mientras el mundo mira el Mundial, el Perú mirará su espejo y verá que ya no es agencia de empleo ni vitrina de saqueo. Será territorio de decencia.
Y así, mientras los corruptos tiemblan ante la “muerte civil” y la “cadena perpetua” que propone el PTE, los pueblos del Perú se levantan como Caral, como Nazca, como Tiahuanaco. No para recordar el pasado, sino para escribir el futuro.
Porque cuando Napoleón habla, no es él quien habla. Es el Perú que despierta.
Los invitamos a la 6ta edición de NAPOTV. ¡Feliz Navidad!
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