Orígenes

En Arequipa, ciudad de volcanes dormidos y memorias ardientes, nació el 8 de julio de 1951 un niño que más tarde abriría cráneos como quien abre cofres sellados por el tiempo, quizás emulando lo que alguna vez hicieron sus antepasados Incas y Paracas: las famosas “trepanaciones craneanas”. Jorge Enrique Medina Rubio no vino al mundo con bisturí en mano, pero sí con una vocación tallada en el hueso: la de curar, pensar y recordar.

Infancia

Su adolescencia transcurrió entre los muros del Colegio San Agustín, donde aprendió que la disciplina es también una forma de ternura. Luego, en los pasillos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se formó como médico cirujano, y más tarde como neurocirujano en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Pero su educación no fue solo académica: fue continental. Estudió en California, en Berlín, en Lima, en Cayetano Heredia, en la Unión Peruana. Cada título fue una estación en su peregrinaje por el conocimiento, cada diploma una cicatriz luminosa en su biografía.

A veces apreciamos nuestra representación de congresistas en el poder legislativo y nos sentimos defraudados por la escasa o nula capacidad para afrontar los diferentes problemas sociales, políticos y económicos por los que atraviesa el país. Y luego, nos encontramos con personajes como el Dr. Medina Rubio, y nos preguntamos, por qué elegimos tan mal. Bueno, tal vez no llegamos a leer a tiempo este tipo de información, donde su hoja de vida profesional y sobre todo de honorabilidad, son las que a la hora de la verdad, cuentan.

Experiencia profesional y personal

Medina Rubio, aparte de médico, ha sido capitán del Ejército Peruano, director general del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas en tres gestiones distintas, jefe de departamentos, consultor, docente, investigador, y sobre todo, un guardián de cerebros y memorias. En sus manos, la neurocirugía dejó de ser una técnica y se convirtió en un arte: abordajes endonasales, cirugías estereotáxicas, resecciones de ependimomas gigantes… cada intervención era una batalla ganada contra el olvido.

Como personaje de novela, Medina Rubio no se conformó con operar cuerpos: también operó instituciones. Reformó, dirigió, enseñó. Fue profesor en Villarreal, San Juan Bautista, Ricardo Palma, Ciencias y Humanidades. Dictó cursos de cirugía, salud pública, planificación estratégica. Su voz resonó en auditorios y congresos desde Colombia hasta Cuba, desde el Congreso de la República hasta el Colegio Médico del Perú, donde fue miembro del Comité de Doctrina y Legislación.

Sus publicaciones científicas son más que artículos: son crónicas quirúrgicas, testimonios de lo que ocurre cuando la ciencia se encuentra con la fe. En ellas, los parásitos del cerebro se convierten en personajes trágicos, los tumores en antagonistas, y el cirujano en narrador omnisciente.

Pero hay algo más. Algo que no está en los certificados ni en los diplomas. Jorge Enrique Medina Rubio es un hombre que ha hecho de la medicina una forma de resistencia cultural. En sus campañas de salud, en sus consultorios, en sus clases, ha defendido la dignidad del paciente como quien defiende una patria sitiada. Su vida es una novela de vocación, una epopeya quirúrgica, un testimonio de que la ciencia también puede tener alma.

Aspiraciones políticas

La máxima aspiración política que tiene el candidato, Dr. Jorge Medina Rubio, es hacer del Partido de los Trabajadores y Emprendedores del Perú, el puente directo para la solución de los problemas más álgidos por los que atraviesa la sociedad en su conjunto. Donde la meritocracia lleve a un conjunto de profesionales con vocación de servicio a servir a su patria, con la vista puesta en auténtico futuro diferente, próspero y tecnológico para su amado Perú.

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Comentarios

Haydeé Cuadra
hace un día

Muchos éxitos Jorge. Felicito tu trayectoria!

RICARDO ENRIQUE MIER CRUZ
hace 3 días

Un Orgullo compartir tu Amistad mi Querido Amigo

sheyla saman bendezu
hace 6 días

Muchos éxitos Dr. Medina.

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